Al escuchar nuestro cuerpo y atender nuestras necesidades mas sutiles entramos en coherencia con el orden natural de las cosas, nuestra vida comienza a regirse por las leyes naturales de la vida misma, y se genera un cambio nuestra propia rutina.
Esto conlleva directa o indirectamente una consecuencia en nuestra manera de relacionarnos con el medio que nos rodea: como es adentro, es afuera. Cuando aprendemos a recibir, también aprendemos a dar, y comenzamos a ser más conscientes del impacto ambiental que genera nuestra mera existencia, comenzando así a aplicar la ley natural de consumo conciente, o como lo llamamos en Sadhana, “conSUMA-conciencia”.
Hacerle bien al planeta, nos hace bien a nosotros mismos, y viceversa.